“Qué es real? ¿De qué modo definirías lo real? Si te refieres a lo que puedes sentir, a lo que puedes oler, a lo que puedes saborear y ver, lo real podrían ser señales eléctricas interpretadas por tu cerebro” (Morfeos a Neo, The Matrix).
“Según John Barrow, profesor de Ciencias Matemáticas de la Universidad de Cambridge, las constantes naturales en el Universo, tales como la velocidad de la luz, la fuerza de atracción de la gravedad o el grosor de las capas de nuestra atmósfera, convierten a nuestro mundo en un lugar “seguro” para los organismos vivos y el desarrollo de la vida. Un pequeño cambio en estas constantes, aunque fuera insignificante, provocaría que el Universo, tal y como lo conocemos, desapareciera. La pregunta que se hace este matemático es la siguiente: ¿Son las constantes de la naturaleza fruto del azar, o, por el contrario, responden a un diseño inteligente? En el caso de que esta última posibilidad fuera cierta, nada impide que ese diseño formara parte de una simulación informática. ’Civilizaciones sólo un poco más avanzadas que la nuestra tendrían la capacidad para simular universos en los que podrían surgir entidades autoconscientes y comunicarse entre ellas’, asegura Barrow”.(Extractada del artículo ¿Vivimos en Matrix? de la revista Año Cero, Año XVI).
A partir del año 1926, los físicos teóricos dieron por sentada la existencia de un Campo que subyace bajo todos los demás campos conocidos a esa fecha (eléctrico, magnético, gravitatorio, de atracción nuclear, etc.). Lo denominaron Campo Punto Cero (CPC), debido a que, aún quitando toda la materia y la energía de un volumen determinado de espacio y sometiéndolo a la temperatura de cero absoluto (-273ºC), temperatura a la cual se supone que cesa todo movimiento, todavía se evidenciaba un hervidero de actividad sub-atómica que continuaba fluctuando en todas direcciones. Este campo constituía la energía presente en el estado más vacío del espacio al nivel energético más bajo posible, del que no se puede retirar más energía.
Conclusión, existía un campo subyacente a todos los demás, que abarcaba todo el espacio-tiempo y era omnipresente.
Lamentablemente fue descartado como intrascendente dado que, al estar en todas partes, consideraron que no agregaba ni quitaba nada en sus cálculos por lo que “renormalizaron” sus ecuaciones, eliminándolo.
No obstante, científicos visionarios y vanguardistas, algunos perplejos por los increíbles comportamientos de las partículas subatómicas a nivel cuántico, otros intentando explicar fenómenos extraños como la memoria del agua, la efectividad de la homeopatía, la telepatía, la energía vital de las plantas y animales, el funcionamiento del cerebro, la memoria racial, etc., llegaron a la sorprendente conclusión que la explicación a todo ello estaba precisamente en este Campo, que dada sus increíbles características lo conecta absolutamente todo por ondas que se extienden en el espacio y el tiempo, pero no en forma aleatoria sino que en base a una codificación coherente, a funciones de onda superpuestas que vibran en resonancia como los hologramas, es decir, que en cada punto de él se encuentra codificada toda la información que existe en la totalidad.
Mediante exhaustivos experimentos de laboratorio, se ha podido ir descubriendo y demostrando que dicho campo tiene codificadas las infinitas posibilidades de ocurrencia de cada acción dentro del Universo, coexistiendo todas en forma virtual (explicando la no-localización del electrón) hasta que la Conciencia de un ser vivo, racional o irracional, opta por una de ellas, con lo que se desmoronan los trenes de ondas de las demás posibilidades materializando las ondas que corresponden a la decisión tomada (cumpliéndose así el Principio de Incertidumbre de Heisemberg). A partir de ese instante dicha realidad espacio-temporal queda registrada como un suceso real mediante códigos de interferencia de ondas, pasando a formar parte de la Memoria del Campo y por ende del Sistema Universal.
Investigaciones realizadas también en el campo de la Biología están demostrando que las células del cerebro y de los tejidos en general tomarían de este mismo Campo la información conducente a su especialización, para formar los diversos órganos. La información casi instantánea que se produce entre las innumerables células de los organismos vivos, que hace imposible que sean los procesos químicos los responsables de ella, se haría mediante pulsos de luz codificados provenientes también de dicho Campo.
Einstein demostró que la Materia es Energía. Steven Hawkings propuso que lo más pequeño de la Materia son "Cuerdas de Energía" unidimensionales con determinadas longitudes de onda, frecuencias de vibración y de oscilación, cuya codificación particular materializa los diferentes elementos y estados de la Materia que observamos, manifestando en su comportamiento leyes inmutables formuladas ... ¿por quién?
La teoría más acertada del inicio del Universo es la del Big Bang o Gran Explosión a partir de un átomo o huevo primordial (más pequeño que un electrón). Astrofísicos actuales se maravillan que las leyes inmutables, de carácter netamente inteligente, que conforman el Universo ordenado que observamos, trasciendan al segundo cero de aquella explosión ... y de la extraña complicidad de esas leyes con la Vida que le permite autoobservarse e interactuar inteligentemente.
¿Qué significa todo esto? ¿Acaso la existencia de un Diseño previo, de una Programación Inteligente más atrás del tiempo cero? Estos sorprendentes y revolucionarios conceptos, y evidencias, nos permiten fundamentar con propiedad que todo lo que nos rodea sería producto de una codificación primordial de la Energía llevada a cabo por una Mente que actúa detrás del Telón...
El Sistema Universal está bañado de un Campo Subyacente de Energía, que conforma el medio a través del cual se imparten las órdenes de un Software Maestro, tal y como ocurre con los incipientes mundos de Realidad Virtual diseñados por los ingenieros informáticos. Las unidades dentro del sistema, animadas e inanimadas, no son independientes sino que están todas conectadas entre sí dentro de un "mar de luz coherente" que lleva en sí mismo la información codificada del Programador, formando parte ellas a su vez de dicho mar de luz, diferenciándose entre sí debido a campos de energía superpuestos vibrando a determinadas frecuencias (como si fueran “grumos” dentro del campo subyacente).
Lo más sorprendente es que ha podido descubrir que la Conciencia juega un rol fundamental en el funcionamiento de este Sistema, pues es la que materializa las ondas que vibran en forma virtual, otorgándole un derrotero al Universo que funciona así en base al libre albedrío, con lo que tomaría pleno sentido el llamado “Principio Antrópico” el que, debido a la exactitud y delicado equilibrio que muestran las leyes universales para permitir la aparición de la Vida, se plantea con fuerza en Cosmología por influyentes científicos: "Si en el Universo se deben verificar ciertas condiciones para nuestra existencia dichas condiciones se verifican ya que nosotros existimos", o en otras palabras: "El Universo fue hecho así para que podamos observarlo".
Sir Martín Rees, profesor de Cosmología y Astrofísica de la Universidad de Cambridge, pronostica que, si el avance de la informática sigue evolucionando de la forma en la que lo ha hecho hasta ahora, dentro de pocos años será posible concebir ordenadores tan potentes que lograrán construir un universo completo, habitado incluso por entidades conscientes.
En sus propias palabras:
"Si esta tendencia continúa, entonces podemos imaginar ordenadores capaces de simular mundos quizás tan complicados como éste en el que creemos estar viviendo".
“La posibilidad de que seamos creaciones de algo supremo, o de una superinteligencia, empaña la frontera entre la física y la filosofía idealista, entre lo natural y lo sobrenatural, entre la relación de la mente con los multiversos y la posibilidad de que estemos viviendo en ‘Matrix’ más que en un mundo físico”.
(Extractado del artículo ¿Vivimos en Matrix? de la revista Año Cero, Año XVI).
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